¿Acaso el mundo no es sino la sombra de una nube que, no bien el hambriento de sombra la anhela, se disuelve…? (Ibn al-Mu'tazz)



lunes, 25 de julio de 2011

Los primeros relatos



Fue de boca de aquellas mujeres arrebatadas en su desnudez

cuando escuché los primeros relatos cautivadores,
los que recitaban en voz baja y atendíamos simuladamente los críos
como si no fuera con nosotros el grandioso desfile de las palabras entonadas.

Ay, aquellas crónicas impregnadas del vivir
cuyos significados apenas nos rozaban.
Se deslizaban a través de nuestros oídos hasta afincarse
en las estancias más profundas de las mentes
y, como luego supimos, en los humedales de nuestros deseos.

Suponíamos, al advertir el misterio de su narración,
que la vida estaba plagada de aventuras extraordinarias
que los caminos no eran rotundamente ni llanos ni agrestes
que las noches no siempre eran tenebrosas
si se sabía andar con paso decidido.

Las mujeres que habían sido madres y las mujeres
que habían dejado de ser niñas competían
acerca del interés por sus historias:
anécdotas de  mercaderes prósperos que se desplazaban
en caravanas, gestas de guerreros que tras su aparente ferocidad
procuraban asentar el sentido de la justicia, decires sobre arquitectos
que habían levantado ciudades esplendorosas y deslumbrantes,
relatos de escribientes de quienes se decía que eran capaces
de transformar cada acontecimiento con el giro asombroso de sus palabras,
advertencias sobre hombres que enamoraban a mujeres y las abandonaban
o  sobre mujeres que se prendían de otras mujeres
huyendo de la fatalidad y el rigor de sus matrimonios.

Lugar propicio aquella esfera que nos cubría
hasta vivir dos veces
hasta soñar dos veces
hasta agitar los anhelos más ocultos, aún indescifrables.





* Fotografía de Shirin Neshat




6 comentarios:

  1. HIOLA

    Y Uffffffff


    Que manera de escribir....me quito el sombrero ante su blog.

    Te sigo

    STAROSTA
    (UN PRODUCTO DE SU IMAGINACION)

    ResponderEliminar
  2. Bello blog, excepcionales imágenes y palabras más allá de lo evidente. Me gusta.
    te seguiré, un saludo

    ResponderEliminar
  3. Starosta. Que la sombra de la nube te agrade.

    Pasa cuando desees.

    ResponderEliminar
  4. Agradezco también tu estímulo, Marcela. Sigamos practicando.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  5. Cuánta sabiduría en aquellos relatos.
    Y qué manera más bonita de contarlo.
    un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Vaya, Mariola, seguiré intentándolo. Es un estímulo por tu parte.

    ResponderEliminar