¿Acaso el mundo no es sino la sombra de una nube que, no bien el hambriento de sombra la anhela, se disuelve…? (Ibn al-Mu'tazz)



miércoles, 11 de abril de 2012

Ghazal del vértice





Entre la sombra y mi apariencia está el aire.
La materia invisible que me aproxima y me aleja
del territorio de los destinos deseados.
 
Eh, tú, aire, háblale al vacío en mi nombre
para que se apiade abriéndome la puerta de sus secretos.

Y vosotras, sombras que engañosamente vestís de vanas esperanzas,
¿cómo puedo encontrar la subida acertada hasta la ciudad amarilla?
No he llegado hasta aquí para instalarme en los peldaños
sino para gozar la dimensión de otro paisaje,
puesto que el retorno hace tiempo que perdió su rostro.

Ved que he intentado llegar a través de mil callejas
las cuales entre todas configuran mi nombre.
Pero una sola debe conducirme hasta el vértice
donde ser y anhelo deben encontrarse sin demora.

Guiadme y apropiaros de mis sueños.
Soñad conmigo y echadme a suertes.
Un sencillo golpe de dados es la vida
por más que nos parezca flor de desalientos.





*Fotografía de Angèle Etoundi Essamba