¿Acaso el mundo no es sino la sombra de una nube que, no bien el hambriento de sombra la anhela, se disuelve…? (Ibn al-Mu'tazz)



sábado, 8 de diciembre de 2012

Vertical




La primera ilustración fue una mirada.

De las miradas nacieron los colores húmedos
que los hombres quisieron tocar. 
Necesitaban estar seguros de que cuanto existía alrededor 
teñía también el estremecimiento y el asombro de sus cuerpos.

El arcoíris no nació curvo ni pletórico
ni  su función era circundar la tierra.
Fue una vertical de tiza 
arrancada a la intemperie.




* Fotografía de Angèle Etorundi Essamba.


14 comentarios:

  1. Siempre sospeché que el arcoíris estaba pintado con tizas.


    Bss

    ResponderEliminar
  2. Precioso, una lágrima con forma de tiza, que sirve para escribir.

    ( Un poco rebuscado), en realidad fue la foto lo que me inspiró la idea.

    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Verso: y que lo habían trazado niños, ¿verdad? Es decir, la inocencia. Asombro e inocencia se unían en mi niñez, me lo creía todo.

    ResponderEliminar
  4. El gran poder de la mirada, que torna maleables los materiales más duros de la Tierra y del Hombre.

    Un abrazo, Garriga.

    ResponderEliminar
  5. Pues sí, parece una lágrima. Pero ¿qué clase de individuo tan impresionante será aquel que llore lágrimas de tiza?

    Buen día, Azzul.

    ResponderEliminar
  6. Un placer venir a conocer tu poesía Sombreado, y fue la luz lo que hizo nacer al arco iris luego de ser una vertical de tiza claro. Un abrazo desde Uuruguay.

    ResponderEliminar
  7. Bienvenida desde tu Oriental, Lyliam. ¿Hay algo tan antiguo y hermoso como un arcoiris?

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  8. Me encanta esta definición tuya del arcoiris; vertical de tiza arrancada a la intemperie. La tiza ha pintado mi infancia, en ella subyace la magia, crear y borrar, trazar y mirar. La lluvia sobre la tiza, ríos blanquecinos que corrían por el asfalto. Y de nuevo a trazar, a pensar el qué y el cómo, en última instancia, solo por el placer de crear.
    Abrazo.

    ResponderEliminar
  9. La tiza nos ha marcado a muchos. La tiza y el pizarrín, oye. Dos medios complementarios. Uno -la tiza- para la exhibición pública, ante el resto de los que eran como tú. Otro -el pizarrín- para el aprendizaje secreto, como mucho vigilado por el padre. Así aprendimos a trazar eso que luego se llamaría lenguaje y que al principio eran primarias geometrías, meras líneas, ímprobos esfuerzos.

    Gracias. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  10. Es tan hermoso el poema que solo el silencio puede coronarlo...

    ResponderEliminar