Deberé tomar la forma del insecto renacido
para saberme merecedor de los antiguos esfuerzos
los que hicieron digna a esta especie que no ha muerto del todo.
Esquivaré los pasos equivocados
dejaré pasar el tropel de las bestias
y solo me acompañará el apagado caminar de los inocentes.
dejaré pasar el tropel de las bestias
y solo me acompañará el apagado caminar de los inocentes.
No me convocan las voces de la épica
ni me roza el estigma de los profetas charlatanes
ni consiento el puño febril de los mesías que destrozan el mundo.
Mi sitio es este.
* Foto de Angèle Etoundi Essamba
dicho con autoridad, despojado de fariseas circunstancias
ResponderEliminarsaludos
Me gustó tu entrada.
ResponderEliminarbesos. Lo que tengo curiosidad, por el tipo de insepto.
Saludos. No obstante, tienes frases muy buenas,simpre haciendones reflexionar.
Está bien venir por aquí.
Otra cosa que me intriga la letencia, no sé si tendrá que ver algo con el insepto.
Me gusta tu blog.Fomentando la curiosidad y ejercitanto el razonamiento y bueno aprendiendo cosas.
¿Cual será el insecto renacido?
ResponderEliminarLa última estrofa me parece bastante definida y contiene un gran mensaje.
Saludos.
Soñé con Noctilucas
ResponderEliminarpero le imagino luciérnaga.
Omar, no podía ser de otra manera. Los tiempos mandan dentro de uno mismo. Gracias por saber de ti.
ResponderEliminarAzzul, ya dije que un sitio de sosiego, y versos donde acaso no se explicita lo que se dice.
ResponderEliminarSaludos.
Pluma, hay que ubicarse. O mejor dicho, se quiera o no, la vida nos ubica a todos. Lo importante es ser consciente de ello.
ResponderEliminarCuántas vidas dentro de las vidas y fuera de las más aparentes, Inés. Supongo que soñar con microorganismos debe ser apasionante, pero ignoro si causan perturbaciones. Las luciérnagas, más visibles para nosotros, son un icono de infancia.
ResponderEliminarNo, todo lo contrario, ¿las has visto alguna vez? es precioso ver sus luces flotar en el mar.
ResponderEliminarEn el sueño eran de otros colores, y se dejaban mecer a su "agua". Es así como se encendían, serenas.
No tenía ni idea de eso que dices de la infancia, pero a mi abuela, con la que comparto día de nacimiento y nombre la recuerdo cada día. Ella me enseñó el secreto de la flor del toronjil.
PD: espero hayas podido ver esa gran sombra de hace unos minutos.
Solo he visto luciérnagas en tierra, nos gustaba ponérnoslas en la mano delicadamente.
ResponderEliminarLa gran sombra tardará todavía cuatro horas en llegar aquí a Rapa Nui, pero será perceptible. Todos los indígenas estamos preparados para los sacrificios a nuestros voluminosos ídolos.
ME GUSTA MUCHO TU BLOG!
ResponderEliminarTE FELICITO, logras atraer y atrapar en el post, con todos los sentidos.
Mi abrazo para ti.
mar
Mar, puedes compartir tu paso por este territorio cuando gustes. Bienvenida.
ResponderEliminarEllos, los insectos, nos sobrevivirán, acaso porque sus "aparentemente frágiles" mecanismos de "in-defensa" no se hallan contagiado de la codicia de la humanidad. Ni de los discursos de profetas charlatanes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me gusta tu sitio.
Ése es el camino de la sabiduría, el sitio de la paz interior.
ResponderEliminarbesos
Beatriz, podría bien ser una razón, pero otra también podría ser que nuestra especie se sobrepusiera a sí misma. ¿Por conciencia, por supervivencia in extremis, por sensatez...?
ResponderEliminarGracias por pasar. Encuéntrate cómoda aquí.
De cenizas: el lugar es siempre el camino. Un abrazo.
ResponderEliminarEl roig i el negre: excel·lents símbols literaris, com el teu poema.
ResponderEliminarSímbolos literarios, símbolos pictóricos...las vanguardias rusas no en vano dinamizaron los colores, más allá del sentido político. ¿O lo dices por Stendhal y su Le Rouge et le noir?
ResponderEliminarGracias por detener aquí tus pasos, Olga.
Genialmente dicho, gran entrada.
ResponderEliminarSe agradece tu paso por este territorio, Darío.
ResponderEliminarSi
ResponderEliminarAsí nos sentimos algunos
Pero pocos sabemos expresarlo
besos
Haz que los sueños lo expresen...y luego cuéntalo.
ResponderEliminarGracias por pasar, Leni.
Ahí estaremos de nuevo, como en el poema de Juan Manuel Roca, hecho abono de algún rosal. UN abrazo. Carlos
ResponderEliminarInquebrantablemente, Carlos, ¿no?
ResponderEliminarSaludos.