Has pasado toda una vida anhelando
aquello de lo que carecías.
Apenas probabas un fruto que la bondad de la tierra
y la ocasión de los hombres te ofrecía
y ya envidiabas cuantos no alcanzabas
o te estaban prohibidos.
Ahora dices que quieres otro tiempo
que el vivido ha sido breve
que apenas has respondido a su llamada
y no has devuelto aún tus agradecimientos
como la generosidad de la vida se merece.
¿Quién te dice que vas a poder?
¿Eres tan soberbio que crees que conoces algo
y que podrás ofrecer a quien todo lo posee tu ínfima sabiduría?
Y si las circunstancias se te brindaran más inhóspitas
¿no temerías añorar la vida anterior?
No desestimes ahora el bagaje que encorva tu cerviz
pues tal vez no te sirva
en un territorio donde los rostros mudan
y cuyo corazón hay que explorar de nuevo.
*Fotografía de Lilya Corneli.
...humildad.
ResponderEliminarBesito.
Vale, vale, comprendido. No hay que ponerse así.
ResponderEliminarBromas aparte, buen poema.
Seguiré tu blog. Un abrazo.
Bueno, sabias palabras Sombreado.
ResponderEliminarUn placer lerte, igual que siempre.
abrazos.
Cúanto tenemos que aprender...
ResponderEliminarMe gusta mucho tu poema, Sombreado.
Te mando un abrazo.
Natàlia, y en estos tiempos y circunstancias más, ¿verdad?
ResponderEliminarGracias, Amando, por pasar y trasladar tu sentido del humor. Vuelve cuando gustes.
ResponderEliminarPor aquí seguimos, Amapola, muchas gracias.
ResponderEliminarMalena: aprender, corregir, reinventar, ilimitadamente. Un abrazo.
ResponderEliminarMe gustan tus letras.
ResponderEliminarNo sé como dar a seguir, así que cogeré tu enlace y te leeré siempre que pueda.
Un abrazo.
Suficiente razón, Mercedes. Leer por lo que nos proporciona en gusto, en placer o en satisfacción. Así debemos buscar las lecturas.
ResponderEliminarUn abrazo, vuelve cuando gustes.
Eterna insatisfecha, eso pone en mi carné de baile... y no sé cómo cambiarlo...
ResponderEliminarNo cambie nada. Cambie, o intente cambiar, aquello que no la deja a gusto.
ResponderEliminarSiempre debemos de valorar lo que tenemos, pues ello es nuestra vida.
ResponderEliminarSer humilde, aceptar nuestra propia existencia como lo que es.
Advertencia que nos dejan tus letras con un final fantástico.
un abrazo.
Claro, Mariola. No siempre es fácil valorar porque no siempre acertamos en nuestras percepciones. Cambiamos tanto a lo largo de la existencia...Y sí, ser humilde es un reto, además de una gran actitud, en medio de una vida y sociedad de apariencia donde se invita a la gente a ser lo que ni puede ni debe ser (con un mercado detrás que quiere aprovecharse, claro)
ResponderEliminarGracias por esa opinión grata.
Agradezco que hayas pasado por mi blog, porque tu visita me permitió conocer el tuyo, colmado de bellas poesías para reflexionar.
ResponderEliminarUn gusto.
Bienvenida, pues, Mirella. Gracias.
ResponderEliminarPues es posible que no se entere de nada pero acabe pagando las consecuencias. Me ha parecido un poema para reflexionar como los tres anteriores que he leído, motivo por el que, con tu permiso, te sigo. Te animo también a visitar mi blog.
ResponderEliminarSaludos.
Jaal, se te da la bienvenida. Deambula cuanto gustes.
ResponderEliminarSaludos.
_/\_
ResponderEliminar...gracias; mi lenguaje de signos es limitado...si quieres ser más explícito lo agradeceré.
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