¿Acaso el mundo no es sino la sombra de una nube que, no bien el hambriento de sombra la anhela, se disuelve…? (Ibn al-Mu'tazz)



sábado, 28 de agosto de 2010

Casida Thal


Me he refugiado entre la fronda a la orilla de un lago

al escuchar el tropel de las caballerías de los lanceros.

Ante la acechanza conviene guardar calma y proveerse de paciencia.
El tiempo devuelve con creces su propia expresión a quien sabe esperar
y enriquece la fortaleza del ser.

A la caída del sol las olas emitían destellos como zafiros
y me he sumergido entre la abundante caligrafía de las aguas profundas,
creciéndome al compartir sus silencios y su morosidad.

Mi admiración se fortalece con lo inesperado y enriquece mi bagaje.

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