¿Acaso el mundo no es sino la sombra de una nube que, no bien el hambriento de sombra la anhela, se disuelve…? (Ibn al-Mu'tazz)



lunes, 18 de julio de 2011

La higuera



Hallé al poeta anciano sentado debajo de la higuera.

En mi inocencia le pregunté qué hacía allí en soledad
mientras los demás venerables se hallaban a las puertas de sus casas
si para comer las brevas bastaba con llevárselas
si para tener sombra era suficiente el toldo de la calle principal
si para escribir poemas cualquier lugar era más cómodo
para extender el cálamo y el pliego
si para agotar los días era suficiente una apacible compañía.

El anciano poeta me miró desde sus ojos turbios
y permaneció en un recogido silencio. Luego balbuceó con lentitud:

no pretendo acompañamiento alguno pues los días pasados son mi séquito
ni busco bajo este árbol dadivoso el cálamo
ya que su savia escribe acerca de los hombres mejor que mi tinta
ni me interesa la ficticia sombra de las tiendas que borra la llama cenital
que aún me permite ver mis límites
y puesto que a mi edad he saboreado todos los frutos del árbol y del cuerpo
no requiero de otro cuidado sino del de mí mismo.

Me miró con benévola dulzura y yo me incliné ante su prudencia.
La que sólo sabe sopesar quien verdaderamente ha disfrutado de la vida.  




* Imagen: Obra de Mohammad Ali, 1530, Marruecos.


10 comentarios:

  1. Y cuan difícil resulta disfrutar de la vida, de esos instantes que nos profesa, bajo la armonía y serenidad de una higuera...
    Besos.

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  2. La higuera siempre es un paradigma del descanso, del placer, de la satisfacción, de la infancia...y del verano.

    Gracias por pasar, Zarza.

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  3. Prudencia, y sabiduría aprendida con el paso de los años, es lo que el viejo poeta nos regala.
    Saludos.

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  4. Precios texto , me ha sabido envolver con su sabiduría.
    Aunque no sólo el poeta anciano debe de valorar y mimar el encuentro con uno mismo, sino todos nosotros debemos de aprender y aplicarlo a nuestras vidas.
    A la sombra de una higuera, comiendo brevas y salpicando de letras con el cálamo en el pliego... divino.

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  5. Carlos. Que más sabe el poeta por viejo que por poeta, no lo olvides.

    Gracias.

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  6. Mariola, me reconforta tu explicación. Estimula para seguir prospectando. Las conclusiones, en cada uno. Por otra parte, soy escéptico acerca de las consejas y de las moralejas. No dejaban de ser inducciones en la conducta humana.

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  7. He sentido que tu prosa poética se desparrama de simbolismos, en este caso "la higuera"; como sea, y cuales sean los arquetipos que utilices o evoques, el lector se siente cómodo, satisfecho con la lectura -que no es densa- y se va con un trocito de dicha en su corazón.
    Un abrazo.

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  8. Agradezco tu valoración, Julio. La higuera tiene un simbolismo no sólo antiguo y recurrente, sino muy personal.

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  9. Sabiduría de la vida vivida. Abrevada la sed el agua ya solo será agua. ¿Tal vez?

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    1. Me pregunté siempre si los ríos tienen sed y por eso reclaman otras aguas, más y más aguas. Ya ves, no sé responderte.

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