Los colores de las ciudades se impregnan de la tierra
y con ellos el olor y la algarabía que se nutren del mercadeo y la farándula.
Paren el carácter de las ciudades al contentar los rostros
y suavizar la aflicción de los corazones.
He compartido las risas de las gentes
cuando las circunstancias les han hecho levemente felices.
He pulsado el dolor al escuchar los latidos
que golpeaban desesperados los muros de cal.
He mirado con firmeza a los ojos de los hombres aguerridos
y con compasión los de los pusilánimes.
He respirado el almizcle de las tiendas callejeras
y sentido el deleite de los aromas desprendidos de los fogones.
Incluso he huido del hedor de los desagües
que también son expresión de vida.
Pero nada ha llenado tanto mi ser como el color
que hacía nuevo el paisaje de los días.
Al levantarme por la mañana los colores de las ciudades
despiertan de su somnolencia lentos y expectantes
y al ocaso se diluyen entre tinieblas
hasta agotarse en las tonalidades que beben de la tierra.
Nadie permanece al margen del abanico de matices,
como nadie puede evitar que la alegría estimule los cuerpos,
que las necesidades prendan el ingenio o que las lágrimas rebañen las heridas.
Ella caminaba por azar y se detuvo.
¿Por qué has levantado tu mirada a mi paso
si soy un simple advenedizo?
¿Con qué perfume y qué luz pretendes cubrir en un instante mi deseo?
¿Por qué haces ceder mi resistencia?
No contengas tu palabra aunque hable por tus ojos.
Un texto muy visual.
ResponderEliminarTambién yo he viajado en las risas de la gente, en su dolor, en el almizcle de las tiendas callejeras...incluso en ese desague visto con nitidez.
Has sabido transportar con tus palabras a esa ciudad llena de color y de gente sencilla.
Me ha gustado mucho la frase: "Nada ha llenado tanto mi ser como el color que hacía nuevo el paisaje de los días"- precioso.
Y has terminado dándole una nueva vuelta al texto, sofocando el deseo con un perfume de mujer todavía desconocido, cediendo todos los pasos para hablar a través de unos ojos vivos, seguro que con color de la tierra cuando despierta.
un abrazo.
Color de tierra. Hombres y mujeres color de tierra. Sabor a tierra. Anhelo de tierra. Gracias por tus opiniones, Mariola, son estimulantes.
ResponderEliminarAcabo de llegar a tu Blog y me parece muy bueno, siempre me encantó la poesía arabe ademas por lo que entenderás mis palabras. Hace diez años cuando rebuscaba en los simbolistas belgas y en libros escondidos de otros continentes hablo. Tiene usted una poesía magnífica. Un saludo.
ResponderEliminarEres muy amable, Rider. Simplemente busco, posiblemente sólo repito, pero para mí todo es un ejercicio desde cero.
ResponderEliminarBienvenido y vuelve cuando gustes.
Colores, sabores, miradas, sonidos, sensaciones táctiles...
ResponderEliminarLa vida a través del salvoconducto de los sentidos, ¿verdad?.
Nos queda, quizá, eso que podemos llamar 'espíritu', el que toma el regalo de los sentidos para elevarlos hasta lo sublime, o para ensanchar el territorio cuando se ama.
Un abrazo desde 'Poemas del volcán'
Obviamente, Luis. Los sentidos como afinamiento y particularidad del cuerpo, de la materia, del ser. Acaso lo de espíritu no es sino una metáfora. La proyección de los medios de que dispone cada individuo, más su aprendizaje, más su prueba (comprobación) permanente. En la medida en que se ponen a afinar buscan y obtienen un sentido armónico y global que odría ser lo que llamas ascensión hacia lo sublime. Pero todo es una elaboración continuada, una tendencia, una búsqueda.
ResponderEliminarMuchas gracias, buena mañana pluviosa.
Benvigut al meu blog, ombra de núvol.
ResponderEliminarBenvingut qui busca la bellesa i la sap trobar.
Vaig escriure "Preparo el te sota palmeres roges" (Òmicron) i els poemes del viatge descriuen els colors del camí.
Olga. Gracias por pasarte por este territorio de lo efímero, donde también se revela la sustancia humana. El título de tu libro de poemas es una preciosidad. Seguro que su contenido lo es también. Trataré de conseguirlo, aunque mis conocimientos de catalán son reducidos. Vuelve cuando gustes.
ResponderEliminar"No contengas tu palabra aunque hable por tus ojos"
ResponderEliminarHummm...touché.
Un abrazo
Bienvenida a este paisaje, Eleanor. Recórrelo libremente.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Ella caminaba por azar y se detuvo.
ResponderEliminar¿Por qué has levantado tu mirada a mi paso
si soy un simple advenedizo?
Muy sensual...
Gracias, volveré.
Saludos,
Felicitat, bienvenida. Siempre me pregunté: lo sensual ¿está en las palabras o en los gestos?
ResponderEliminarGracias por pasar.
Las miradas no se levantan por azar. Son atrapadas por personas y cosas que merecen la pena...aunque sean advenedizos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bienvenida a esta nube, Marina. Tal vez tengas razón, y algo magnético -¿o tal vez el olfato y la cuirosidad?- sitúe a los seres en el plano de la simpatía.
ResponderEliminarUn abrazo, vuelve cuando gustes.
Por azar llegué hasta tu nube y me quedo a explorarla. Tienes magnetismo en estas sutiles palabras! Saludos!
ResponderEliminarEs un territorio abierto, Rosa. Explóralo cuanto gustes, ejercita el derecho y el poder de criticar lo que no te guste. Aprenderé de ello, por supuesto.
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