Si encontráis un caballito herido
ensortijad con caricias sus crines.
Dejad que su mirada de hontanar apacible
repose entre las estrellas.
Que los latidos de su fatiga
se acompasen en un nuevo corazón.
Que sus bufidos apagados
adquieran nuevos bríos.
Fuese antes mariposa o gacela,
¿qué vuelo, qué carrera
no tendrá anhelo en emprender
cuando sane de su caída?
me sale pensar
ResponderEliminarcon respeto en la honestidad de algunos seres
e inevitablemente
compararla a la de otros
a la bestialidad de otros
¿qué habremos de sentir cuando se mueren sin convertirnos en bestias nosotros?
me encantó
ResponderEliminarsaludos
Impresionante blog
ResponderEliminar
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=Mop7AGnpnZ4
Garriga, buena pregunta, incluso esencial. Siempre me pregunto también cómo sentirán ellos la (su) vida y la (su) muerte. Inevitable comparar las especies que utilizamos y maltratamos con la nuestra, en la que hay cada ejemplar...
ResponderEliminarOmar, agradezco tu sentido común y sensibilizado.
ResponderEliminarBek, vaya. Paséate, pues, cuanto gustes, hay bastante. Bienvenido/a.
ResponderEliminarBienvenida, Aquellamuchacha. Gracias por tu aportación, qué bonito, no le conocía.
ResponderEliminarBuena reflexión, si se da el caso de encontrarlo.
ResponderEliminarPrimero habría que encontrar al caballito herido, por ahora yo no me he encontrado ninguno.
Lo siento mucho.
Además se supone que se habrá herido en no sé que caída , ¿no?, creo que mucho supones tú.
Besos.
Pues caballitos heridos los ha habido, los hay y los habrá. Inevitable.
ResponderEliminarMe han acorralado las bestias. Han poblado mis dias, y mis noches voces y fantasmas. No he visto la luz del día, sólo la frialdad del acero con que le amputan a uno aquello que dicen que no sirve.
ResponderEliminarDicen que el tiempo y el sol curará mis heridas, el tiempo solo es dolor en las entrañas.
Gracias por tu empatía y por tanta ternura. Eso es tanto como sentir el aire ondulando mis crines