Allí donde estás
por donde se rasga insinuante el día
el resplandor no levanta fronteras.
La luz llega para todos y se queda entre los que no renuncian.
Compartimos su don y deploramos su ausencia.
Es efímera pero permanece.
Solo el amante se puede permitir ignorarla.
Solo el preso aplaza la demora de su fulgor.
Solo el agonizante se pierde para siempre entre las brumas.
Báñate en los primeros destellos del amanecer.
Que cuando el sol llegue a mi cuerpo
traiga tu consagración.
*Fotografía de Angèle Etoundi Essamba
Con mucha luz!!!
ResponderEliminar"Solo el amante se puede permitir ingnorarla".
Me gusta mucho.
Un abrazo
"es efímera pero permanece" encuentro contradicción y me pregunto: ¿A que luz te refieres?
ResponderEliminarMe gustó.
Saludos cordiales.
Hermosísimo. Gracias. A veces vale la pena bloguear.
ResponderEliminarDetrás de la Luz se puede vivir cada día como si fuera el primero o el último. Hermoso tu poema!!
ResponderEliminarGracias, Malena, por tu paso.
ResponderEliminarPluma, la luz es única y diversa, clara y tibia, hace ver y ciega...
ResponderEliminarSaludos y bien por comentar.
Garriga, tu comentario me desborda. Saludos.
ResponderEliminarEn efecto, Lao. Y, de hecho, todos los días se enciende y se apaga un poco. Hasta el final.
ResponderEliminarGracias.
Mirar la luz para ser luz...
ResponderEliminarUna hermosa manera de amanecer cada día...
Preciosos versos
Besos
Una manera muy fecunda, Leni. No obstante las sombras.
ResponderEliminarGracias por pasar.
!!Qué bonita es la luz¡¡, es así como tú la describes.
ResponderEliminarBesos.
Voy ahora a ver un poco el blog nuevo por encima.
Pero por encima.
Entiendo, Amapola, que la luz, que es inmensa para todos, no todos la perciben con su belleza análoga y con el bien que depara.
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