¿Dónde está mi viejo amigo?
Podría decir que he venido desde lejos a buscarle
para aliviar su melancolía
y que no he llegado a tiempo.
Pero mis palabras serían indignas
y cometería una necedad si me propusiera ahora salvarme
con una decisión que me faltó desde hace tiempo.
con una decisión que me faltó desde hace tiempo.
De nada sirve que saque una voz que ahogué en el silencio.
Sin que nadie me oiga te preguntaré:
¿Dónde estás, viejo amigo?
No te atreverías nunca a decir
que te fuiste al destino de las hojas del otoño.
Te buscaré en cada uno de esos espejos dorados
siquiera para saber algo más de mí mismo.
Te buscaré en cada uno de esos espejos dorados
siquiera para saber algo más de mí mismo.
* Fotografía de Angèle Etoundi Essamba
¿indigno hablar ahora?
ResponderEliminarentonces callar
y seguir callando
ese ese es el destino del otoño
hasta que, bueno, la primavera.
¿hablar para decir que callo?
El otoño es una estación de dorados. A mí me encanta, a pesar de la melancolía. En ella se escriben poemas preciosos, como este tuyo.
ResponderEliminarUn abrazo, Sombreado.
Creo que en los espejos no se encuentra uno a sí mismo, hay que mirar hacia el interior.
ResponderEliminarSaludos.
Vida que declina, en la metáfora del otoño, y bellos versos, para declarar la falta en el vigor en la amistad, que busca recuperarse cuando ya la sepulta la vaciedad de la muerte. UN abrazo. Carlos
ResponderEliminarMirándose en los espejos también uno aprende a encotrarse a sí mismo, porque el reflejo que se traslada es la misma esencia que todos llevamos dentro.
ResponderEliminarun fuerte abrazo.
Garriga, hay silencios que hablan tanto...Gracias por estar aquí.
ResponderEliminarMalena, también puede ser una estación dura, depende de lo que le acontezca a cada cual. Muy amable por acogerte a la sombra.
ResponderEliminarAzzul, hay espejos de mirada interior y profunda, no te quepa duda. Los superficiales no nos ofrecen toda la medida de las cosas. Las metáforas pueden ser espejos falsos, pero sirven para mirarnos también (a veces para ocultarnos) Buen día.
ResponderEliminarCarlos, ¡diana! Nada más. Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarMariola, ¿o los espejos de ida y vuelta? La mirada, a veces, como en este caso, irrecuperable.
ResponderEliminarDesde la sombra, otoño o verano, ¿dónde estás viejo amigo? La perdida de esa voz se la llevaron las hojas como a la vida se la lleva el minuto inesperado y cierto.
ResponderEliminarAbrazo.
Nuestras estaciones vitales no distan demasiado de las de la Naturaleza. Sí...que las nuestras finalizan un día...las estaciones de la natura se reproducen sine die mientras no caiga un meteorito que lo oscurezca todo. Un abrazo, Natàlia.
ResponderEliminarCuando perdemos a un amigo, perdemos un cachito de nosotros mismos.
ResponderEliminarGracias por venir a mi blog y quedarte, así he podido yo llegar hasta el tuyo.
Un abrazo grande,
Eva.
María Eva, tienes razón, pero a su vez, permanece tanto que se compensa.
ResponderEliminarPasa cuando gustes y no reprimes tus juicios sobre estas letras.
Un abrazo.
Siempre andamos buscándonos y también en el reflejo de algunos...
ResponderEliminarUn saludo
Pero cuando algunos desaparecen los espejos se vuelven más nítidos...no sé qué tiene lo que se pierde que nos arroja claridad sobre nosotros mismos. Gracias, Gemelas.
ResponderEliminarEsas ganas de estar en un lugar o con alguna persona que reprimimos por pereza a veces y luego nos pasa la factura poeta. No creo en el destino, uno mismo hace y deshace y aprende de si mismo y sus errores. Y ni aún así lo hacemos bien, seguimos dejando pasar el tiempo como si este no se fuera consumiendo y llevándose nuestras cosas queridas.
ResponderEliminarUn abrazo Sombreado y gracias por tu visita.
Lyliam. Lo malo es cuando desaparecen esas personas con las que estuvimos a gusto. Tienes razón en tus consideraciones. Pero lo que hacemos o deshacemos, sospecho, no siempre lo controlamos. Bienvenida.
ResponderEliminarBello poema.
ResponderEliminarGracias por venir a mi blog. Eres bien recibida
Kleo, tú también. Saludos.
ResponderEliminar"No te atreverías nunca a decir
ResponderEliminarque te fuiste al destino de las hojas del otoño."
Que bello!
Fue mi mejor amigo, se llevó muchas complicidades.
EliminarGracias.