Por qué busco tus huellas
después de tantos años
no lo sé
huellas que hablen de ti
de lo que no pude saber porque permaneció agazapado
en la penumbra de otras vidas que no relataste jamás
tampoco yo me esforcé por seguir la silueta de su recorrido
y hoy cuando ya es demasiado tarde busco
que me expliquen tu construcción
y tus hábiles saltos y la capaz aceptación
que te llevó a ser un superviviente
ahora sé al menos que las huellas se dejan pisar
¿para contraer con su calor o para conducirnos a la prudencia?
tus huellas no pueden hablar por mis errores
ni yo puedo justificar a través de ellas mis propios desencuentros
si acaso cuando era el tiempo las hubiera comprendido
me las ofreciste pero no miré
¿tan viejo era tu suelo que no percibí su materia?
¿tan extrañas aquellas imágenes que no reconocí su lenguaje?
pregunto también a tus huellas por saber de mí
cuanto hoy nos sacude como ráfagas de tiempo
era entonces en apariencia inamovible
y el hijo advenedizo desestimó aquella advertencia
su error fue creerse hijo del destino
y nadie le hizo ver que el futuro
no el tiempo ni los planes ni las invocaciones
bebe del sustrato del origen donde habita la intención
y desde el que se traza su sentido
tus huellas urgen más que nunca en esta hora
que merma
pues el banquete donde los hombres se invitan
donde dicen que se acogen unos a otros se reduce
y él tu hijo aún quiere saber
* Joanne Leah foto
Tremedo e intimista relato...Aún hoy se quieren seguir esas huellas que fueron pisoteadas...
ResponderEliminarBesos,
Gracias, Pat. Lo tremendo es que pasa el tiempo y no sabemos aprovecharlo para saber más de quienes nos precedieron. Cuando nos damos cuenta es ya tan tarde...
EliminarLas huellas, efímeras y sin respuestas ¿o están en la espuma que las bebe?
ResponderEliminarQueremos saber y gracias a las preguntas, persistimos en la duda.
Beso.
Cierto, persistimos, pero no siempre los resultados son satisfactorios. Caminamos sobre enigmas. Un abrazo, Natàlia.
EliminarRecuperar a quien sembrò de huellas el camino...y dejò huellas de carne vivas...Un abrazo. carlos
ResponderEliminarRecuperación en el recuerdo, en nuestra mente, y obsesión por no haber sabido hacerlo a tiempo, en vida.
EliminarLas huellas permanecen siempre precisamente para remendarnos y jugar de nuevo con otro final.
ResponderEliminarUn abrazo.
Habrá que protegerlas, por lo tanto, y encontrarnos a nosotros mismos a través de ellas. Gracias, Carmen, por pasar.
EliminarHola, esas huellas nos identifican como seres que aprendemos a amar, nunca es tarde, aunque ya no lo podemos enmendar en el pasado, pero nos queda el presente y el futuro para hacerlo mejor.
ResponderEliminarUn abrazo
Sor.Cecilia
Las huellas como aprendizaje de lo hondo, de la recapacitación, de la reflexión, del reencuentro, no sé si necesariamente hay que llamarlo amor o experiencia o método de vida, eso no importa. Lo decisivo es que nos permitan ahondar en nosotros mismos. El pasado no es corregible, pero comprenderlo, además de necesario y útil, permite construir el presente, obviamente. Un abrazo, Cecilia.
EliminarDifícil saber más, cuando el tiempo dejó q una huella pisara otra huella,...y solo el corazón quiere lo que ya no está, remediar algo q se le escapó en el instante preciso q ante su mirada estaba.
ResponderEliminarLa vida se nos escapa de las manos sin apenas ser consciente de ello, la mayoría de las veces, nos perdemos queriendo mirar a ése futuro q no está, q no sabemos si nos esperará.
Conserva lo q tienes, guárdalo en el cofre de tu corazón... y siempre a tu lado estará y te enseñará q el AMOR, es la huella más importante q te quiso dejar.
GRACIAS.
Te sonrío con el Alma.
Que la vida se escapa es obvio y contundente. De momento guardo y preservo la memoria, a ver si así se iluminan muchas claves de vidas inexistentes y de vivencias que tuvieron su justo tiempo. Gracias a ti.
EliminarUna conversación con el propìo YO, repleta de matices que expresan grandes inconformismos al tiempo que meditan sobre el significado de nuestro existir. Bello y profundo poema, Sombreado
ResponderEliminarTu nueva seguidora
Fina
Es tan importante como decisivo conversar con el YO...Siempre es un diálogo recurrente y necesario, ¿no crees? Gracias Fina, por detenerte aquí. Un abrazo.
Eliminarhermos reconocimiento al padre, a los orígenes y una prueba más de humildad frente al mundo y lo que somos...
ResponderEliminarBienvenida y gracias por tu comentario, Ico. El padre marca, y solo se entiende su proyección en los años que van avanzando. UN abrazo.
EliminarBuscar para encontrarse, en lo que antes no fue y ahora se reconoce.
ResponderEliminarLo defines bien, Maia, gracias por la visita.
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