Y si eres tú aquello que persigues:
la parada que invoca el movimiento
el despertar de los sueños tardíos
el dibujo que se cayó de tus manos cuando a punto estabas
de alzar el plano de otra arquitectura
la lenta aproximación de los cálidos tiempos
cuyo clima son rostros y actitudes
la elemental idea que prende intermitente
entre días urgentes y apagados
en medio de tanta confusión de voces malsonantes
y si eres tú el impulso
que reverbera sin fin en los extremos que invisibles
se agitan en un vórtice de palabras
y cuando dudas de ellas
solo recurres a una única mención:
los monosílabos
invención dichosa en los cabos del hilo
que cede y se tensa según la severidad de tu carácter
y a la que retornas sorprendido
y si eres tú los nombres que han desfilado por tus labios
y cuando quiebras y te pierdes
en el borrón de la niebla lejana de tus venas
los pronuncias con su eco de sombras
y si eres tú
quien no se ha ido
* Fotograma de la película Sátántangó, de Béla Tarr
me encanto tu entrada, feliz finde!
ResponderEliminarSe agradece. Buena semana.
Eliminarporque hay más vida más allá de nuestro cuerpo, pero todo lo que tenemos está en el más acá. No podemos huir de nosotros porque todo lo que necesitamos para vivir lo llevamos dentro. Lo que hay es que buscarse, crecer, alimentarse de lo que comemos alrededor y ser lo que queremos ser, desde nosotros. Muy buen poema.
ResponderEliminarSí, lo inalcanzable está en esta parte y claro que lo hay, en abundancia. Al elegir un paso desestimamos otro. Pero ese otro que no damos muchas veces nos reclama nuevamente. O es nuestra propia evolución interior lo que nos exige aquello no previsto hace años. Me parece muy interesante lo que propones, me hace pensar en ello.
EliminarUn saludo.
Uaauuuu... que palabras tan preciosas....
ResponderEliminarPaséate por ellas. Me resultan también gratas las tuyas, Flaneur.
EliminarPuede ser que a veces hechemos de menos lo que realmente somos, porquè no nos dimos cuenta de nuesto caudal de emociones...
ResponderEliminarBesos.
Es un riesgo, pero tenemos toda la vida para corregir (¿pero para recuperar?) Una noche grata, Roser.
EliminarLa vida es en sí un aliciente cuando lo envuelve el amor y a pesar de la brevedad de las cosas, la memoria las perpetua hasta la eternidad.
ResponderEliminarCon ternura
Sor.cecilia
Cecilia, la vida es aliciente por sí misma...siempre que las condiciones sean mínimamente dignas. No me atrevo a afirmarlo de amplias zonas del planeta donde la gente nace y crece entre miserias. A partir de ahí podríamos y deberíamos matizar las circunstancias y los significados de esto que llamamos vivir. Que es algo accidental que la naturaleza nos concede no obstante y que debemos corresponder. Debemos tender a que la experiencia de la vida fuera gratificante...para todos. Un abrazo.
EliminarBUF... no sé qué más podría decirte.
ResponderEliminarEl amor es un motor.
Uno más, muy compensador, no lo dudo; que se queda obsoleto muchas veces, no me cabe duda tampoco. Acaso hay que relativizar sus efectos porque por mucho que se le invoca no se ve con claridad que cambie el mundo. Gracias y bienvenida.
EliminarMe gustan tus poesías... Son muy buenas.
ResponderEliminarUn beso.
Anima esa apreciación, aunque sea subjetiva, pero la valoro. Un abrazo.
EliminarMuy bella entrada Sombrado, enhorabuena , besos.
ResponderEliminarSe agradece que estés al tanto, Amapola, de pasar por este territorio. Un abrazo.
EliminarHola,cierto que hay muchas partes del planeta que su vida no es vivir, sino más bien un sobrevivir,algo he compartido con ellos y he estado a su lado.Sé lo que es vivir con hambre, frío y casi en la calle y no dejé de ser feliz. La vida no es fácil, pero depende de cómo es cada persona.En la India. como bien sabes es un país donde hay mucha pobreza, fue sorprendente mi experiencia allí, la gente enferma y sin nada, sonreía y cuando le preguntabas el porqué, sólo me dijeron que se sentían amados. Muda me quedé.
ResponderEliminarCon ternura te dejo mi beso.
Gracias
Sor.Cecilia
Se recoge por mi parte con atención y afecto esa transmisión de experiencias, Cecilia, aunque enseguida me suscitan preguntas. ¿No inquiriste algo más en lugar de limitarte a tu mudez (a la que lógicamente tenías derecho?) ¿Todos y cada uno sonreían y respondían lo mismo o análogo? ¿Es una repuesta ritual, convencional, asumida en una especie de fe o asunción personal de la desgracia o la condición...? Etc. Perdona, demasiadas preguntas. Uno, realmente, sabe poco, muy poco.
EliminarGracias a ti, un beso.
Hola,
ResponderEliminarhoy lleguè a tu blog y me quedèe gratamente satisfecha por leer unos poemas, muy bellos por cierto.
"Aproximaciones"
parece revivir las eternas posibilidades inacabadas que tenemos,
las sutiles imaginaciones de ser libre,
las etèreas presencias multiplicadas,
las codiciadas bilocaciones al margen de la materia,
las conversaciones con quienes ya se han ido,
las repeticiones de preguntas sin respuestas,
las elucubraciones de los hechos ya consumados,
las evasiones de lo que uno sabe que es...
Saludos càlidos.
Puedes pasar por aquí cuanto gustes. Aportaciones -aproximaciones- como la tuya son acogidas. Todo lo complementario enriquece y define matices que suelen manifestarse en estado bruto pero que hay que hacerlos emerger. Como aproximaciones.
EliminarCálido encuentro.
Y si eras tú quien nunca estuvo...
ResponderEliminarPor abrir supuestos que no sea.
La he disfrutado mucho.
Un saludo
No es mala idea. Los supuestos siempre permanecen abiertos, son su misma esencia. Saludo.
EliminarCreo que somos lo que sentimos, hay un resquicio en nuestro cuerpo por el que se escapa lo que llevamos dentro, y conforma nuestra apariencia.
ResponderEliminarUn abrazo!!
En parte somos lo que sentimos, claro.
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