Los profetas no sobrevivirán a vuestra mirada interior.
Pues ellos se basan en la palabra que pronuncian
y que copa vuestras ausencias
y se aprovechan de la palabra que no construís.
Pues la palabra, para ser auténtica, tiene que ser hecha
en el alfar de la voluntad
en las llamas de las ideas
y en la fuerza de la decisión
que es necesario que cundan en la ciudad de lo insustituible
que debéis habitar.
que debéis habitar.
Desviad los ojos que os sustituyen
y contemplad cómo germina vuestro paisaje.
No es vuestro destino ser tomados a saco
ni ser suplantados por los propietarios del vocerío.
Si vaciáis su territorio no tendrán donde predicar
sus vanidades.
Eso implica elaborar un pensamiento propio, esfuerzo que al parecer resulta tan humano, que la mayoría de los hombres se han olvidado de hacerlo.
ResponderEliminarSaludos, y un abrazo.
Un saludo, Carlos.
ResponderEliminarSin pensamiento propio pasaríamos por la vida como un Estar pero no como un Ser. Nunca lograremos sino una parte de él. Pero el esfuerzo y la voluntad por perseguirlo nos proporcionará la recompensa.
No hay otro objetivo ni otro bienestar.
Vuelve cuando gustes.