El Azar me ha procurado los sentidos.
No me pide cuentas, no me abandona.
Más bien asiente, tal cuando tomo tus dedos entre mis labios.
Cuando lamo esa yemas frágiles
como si fuesen los cinco elementos del origen constante.
Al hacerlo siento moverse en mi interior
las corrientes más profundas que, no por estar ocultas, son inexistentes.
En cada porción de tus dedos hay una parte integradora del Universo.
Hay más. Fuerza y sensibilidad.
Apacibilidad y existencia transformadora.
De ti y mía.
La mano es el Universo.
Un dedo sacia mi sed antigua.
Otro me hace probar el sabor de lo que nos sujeta.
El de en medio me habla del apaciguamiento.
El cuarto estimula hasta hacer de mi pensamiento una herramienta.
El último flota en mi boca y me busca
y hace nuevo mi ser con su evanescencia.
No tengo palabras para agradecer el don.
En el comienzo, llamó el creador a la luz, y la luz se hizo. Ése fue sólo el principio de la creación...
ResponderEliminarEn efecto, Salomé, eso en versión de los mitos de las religiones del Libro, un mundo muy literario.
ResponderEliminarHay mucho más y de otra manera.
Bienvenida a la Sombra.
Cordialmente.
Quizás sea el azar lo que me ha traído hasta aquí...
ResponderEliminarUn saludo de luz
El azar nos guía y luego nosotros decidimos. Bienvenida.
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