Ha partido mi halcón favorito
a sobrevolar la ciudad que aparece en mis sueños.
No errará el camino, pues la agudeza de su vista y el vuelo vigoroso
son siempre más hábiles que los espías del príncipe de la medina.
Será fiel en su misión y al regreso me hablará
de cuanto ha visto en su otear arriesgado.
Benditas imágenes que aguardo para calmar mi ansiedad.
Encomendado está a sobrepasar las almenas de la fortaleza,
a bajar a las calles donde la vida es también la vida de la amada
y a deslizarse entre los arriates que decoran los muros de las casas.
Le he instado a que inhale los perfumes flotantes
y se impregne de ellos para serenar mi espera lacerante.
Él es como mi alma y debe sentir como ella.
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